lunes, 1 de diciembre de 2008

Relaciones entre Teología Africana y Psicología Transpersonal.



Texto adaptado de una versión escrita por Miriam Izaguirre.

El desarrollo de la espiritualidad trascedente en África, como en tantas partes del mundo, está adscrito muchas veces, si no a un brujo o chamán de la tribu, a una clase sacerdotal que adquiere particular desarrollo como institución. En multitud de comunidades se dan sacerdotes de distinta categoría y especialidad que cabe estudiar en dos grupos clásicos.

1) Los sacerdotes oficiales de la comunidad o del grupo, agregados a los templos y responsables del culto comunitario; el templo tiene un estatus de persona jurídica, muy parecido al de los países occidentales; puede tener posesiones, tierras e incluso servidumbre o esclavos que constituyen su dependencia.

Entre las funciones oficiales de los sacerdotes se cuentan ritos de guerra y sacrificios ofrecidos a divinidades marciales. La misión más importante de los sacerdotes radicó, antes de la penetración blanca, en la administración de la justicia.

En los estados más tradicionales suele utilizarse procedimientos judiciales, tales como las ordalías que consisten en administrar una bebida ponzoñosa preparada ad hoc; si el acusado soporta la prueba, su inocencia queda proclamada. Como la preparación y dosificación del brebaje es tarea del cuerpo sacerdotal, se comprende que de él dependa absolutamente la suerte de los acusados. Las ordalías judiciales constituyen, pues, un importantísimo instrumento de poder en manos de los sacerdotes y a veces de los jefes o reyes a cuyo servicio están.

2) Los que ejercitan libremente sus prácticas, incluyendo entre ellos lluvieros, curanderos, hechiceros, brujos y adivinos, que actúan a solicitud particular: se dedicaban preferentemente a la terapéutica y a las profecías. y emplean para sus tratamientos un auténtico ritual de chamán.



Además de estos chamanes, en África occidental existe la figura del djeli, un bardo cantante y músico ambulante, que es el depositario de las tradiciones orales, y a veces la única fuente que guarda los acontecimientos históricos. Es una figura que permanece en Mali, Gambia, Guinea y Senegal, entre los pueblos manden, fula, wolof, peul, serer entre otros.

Para contar con una perspectiva africana de los rituales del Espacio Sagrado, recomendamos leer los libros del Dr. Malidoma Somé, Ph.D, y de su esposa, Sobonfu Somé. Ambos son iniciados de la tribu Dagara, quienes residen y enseñan por temporadas en los Estados Unidos y en Europa. En especial, recomendamos el libro autobiográfico de Malidoma sobre el ritual de iniciación como un hombre de su tribu, titulado “Of Water and the Spirit”, y desde luego, las páginas del sitio www.malidoma.com.



El gran chamán africano Dr. Malidoma Somé ha dicho que las rocas, los árboles y los animales son mas inteligentes que los humanos y que éstos son los últimos en la escala de la conciencia. ¿Por qué? Porque los pájaros siempre actúan como pájaros, raramente se ve a uno de ellos tratando de ser un elefante. No se verá a un árbol tratando de ser una piedra y nunca se encontrará a una piedra siendo otra cosa que no sea piedra. Esta es una de las razones por las cuales las piedras son sagradas. Ellas son inflexibles en su insistencia en mantener una identidad intrínseca. Una piedra es espiritualmente evolucionada porque siempre funciona en constante armonía con su destino. Los humanos siempre están tratando de ser pájaros y elefantes o cualquier cosa que puedan imaginar. Es el rol de Tramposo Divino, y se puede sugerir que podríamos tenerlo en nuestro destino personal, que quizás tengamos un propósito o una misión para estar en la tierra, o que podríamos tener alguna esencia, que el Universo nos está guiando hacia el Ser. Es así que el Tramposo Divino tiene una función muy importante y sagrada.

Esto nos sugiere la idea de abrir puertas. Leemos una y otra vez que Esu es la divinidad africana que abre los caminos, pero, ¿qué significa? Es como si todos rescribieran lo que otro subrayó. Consideremos cuál es la puerta que abre Esu y cuándo, en el curso de la vida, es importante tener esa puerta abierta.

¿De qué puerta estamos hablando? De nuestra mente, de nuestra cabeza, pero también de una puerta real y concreta que tiene que ver con la iniciación a la vida espiritual como camino de trascendencia.

La iniciación es el proceso por el cual los ancianos guían a través de los siete pasos a los neófitos. El novicio toca la puerta y la patea para abrirla, entonces retrocede un paso y espera ser invitado a entrar. Esta es la Puerta que nos interesa. No la que se patea durante el ritual, sino una más profunda. La iniciación ocurre cada vez que abrimos nuestra propia conciencia. Esto puede ser en el contexto de un ritual comunitario o simplemente como recomendación para superar alguna dificultad.

Podemos dibujar un mapa de la conciencia trazando un círculo que contenga una cruz de brazos iguales. Imaginemos que el círculo con la cruz es del tamaño de una pelota de béisbol. Digamos que representa la conciencia de un hombre joven, el día anterior a su pubertad. La pubertad entra... y su conciencia es forzada a enfrentarse con la vida de un ser adulto, a edificar una familia, a buscar una posición productiva dentro de la sociedad, etc.

Digamos que la conciencia de un hombre que ha asimilado éstos nuevos roles está representada por un círculo del tamaño de una pelota de básquet. Para pasar de una a otra esfera se requiere de la muerte del viejo ser. Entonces, el hombre joven ya no existe y en su lugar ahora aparecerá un hombre adulto. Este cambio solo puede ocurrir si se rompe con los parámetros de conciencia que definen cómo nos vemos a nosotros mismos dentro del mundo.

Cuando se rompe esta barrera, atravesamos un período de muerte y renacimiento. Este proceso involucra caminar a través de algunas puertas, barreras que nos llevan al reino de lo desconocido. Una realidad compartida, no hay excepciones. Una vez que estamos iniciados, nuestra tarea es reiniciarnos constantemente. Cada día tenemos que incorporar, asimilar e integrar las lecciones de vida que ocurren en el mundo. De otra forma nos estancaríamos, retrocederíamos y el círculo que representa nuestra conciencia comenzaría a empequeñecerse.

Luego atravesamos otra puerta, que nos permite dar un salto hacia el próximo nivel de conciencia. La llave para abrirla es el deseo de confrontar el temor a lo desconocido. Esto siempre involucra un deseo de cambio. La puerta que abre Esu es aquella que permite ver nuestro interior. Cuando lo hacemos, solemos cuestionarnos: “¿Quien soy en este momento? ¿La persona que habita en mí no va acaso a restringirme?, ¿qué tengo que hacer para llegar al próximo nivel?”
Los africanos dicen que Esu, como primer Orisa, como deidad que abre los caminos, es el primer recurso para la confrontación con el temor.

Históricamente, una de las razones por las que Esu es descrito como malo o negativo es porque nos enfrenta cara a cara con nuestros temores. Y si no nos gusta la experiencia, o no podemos manejarla, tenemos una natural tendencia es culpar a Esu en vez de admitir la falta de coraje. Es que siempre necesitamos encontrar un perfecto culpable fuera de nosotros. Si no estamos dispuestos a caminar a través de esa puerta que Esu ha abierto, la respuesta común del ser humano es culpar al portero.

Esu es aquel a quien invocamos cuando podemos confrontar nuestros temores. Pero no debemos avanzar por esa puerta si no estamos listos para enfrentar lo que vendrá.
Fundamental, poética, cosmológica, psicológica y espiritualmente, es de esa forma. Casi todas la iniciaciones incluyen una dosis saludable de tiempo que nos es dado para permitirnos experimentar el temor. Esta es la razón principal del por qué son necesarias las iniciaciones, y por qué son secretas, porque si supiéramos lo que está pasando, o lo que va a suceder, haríamos trampa a la vida, trataríamos de encontrar un rápido atajo y lo único que ocurriría es que, en lugar de evolucionar, nos estancaríamos en el camino. Por ello, experimentar esta sensación es un proceso valioso.

Entonces, ante la pregunta acerca de cuál es la puerta que abre Esu. La respuesta más indicada sería: la puerta que nos permite enfrentar nuestros temores.

La Psicología Transpersonal acepta que todos estamos interconectados, que todos unidos somos, en conjunto, el cuerpo de Dios. Es una idea noble y universalmente reconocida, pero es sólo eso: una idea, hasta que podemos experimentar su realidad. Ahora bien, existe un concepto en la religión africanista llamado “Miedo de todas las madres” que no es otra cosa que el miedo a la pérdida total del Sí Mismo, seguido por el sentido de que estamos interconectados.

¿Cómo se relaciona esto con la idea arquetípica del Justiciero Divino, que también encarna la deidad de Esu?

Interesante tema, no? Para saber la respuesta a este interrogante y a muchos otros, los invitamos a estudiar con nosotros. Sólo tienen que suscribirse al Curso Profesional de Teología Umbandista de nuestra Escuela. Escríbannos un mail y le enviaremos mas informes: escueladeumbanda@gmail.com