viernes, 3 de octubre de 2008

Casos y Cosas de nuestros Pais Velhos



"Não dê o peixe, ensine a pescar”.
(Historia contada por Vovó Benta)


Minha mãe preta, como dirigente de esta Casa de Caridad, me siento angustiada delante de la fila que se forma cada día de sesiones y también delante de la limitación que se impone en la atención, debido al limitado número de médiums trabajadores, como al espacio físico de nuestra pequeña tienda.

- O meu saravá pra suncê zi fia! Que o grande Zambi abençõe sua coroa! Esta preta velha, mandinguera y chismosa, ya andaba afligida, esperando esa conversación con la hija. En las andanzas de la vida, nêga velha fue colocando en la mochila un tanto de experiencia. Entre muchos errores y pocos aciertos, deambuló por este mundo de Dios y sintió en la piel como el ser humano está enviciado y aún trata de esclavizar al otro, para favorecer su ego.

Lejos todavía de vivir y sentir las cosas del espíritu, mendigan favores o compran milagros, que a veces los endeudan hasta la otra vida.

Los hijos de esta tierra, a pesar de tantos alertas, de tantos dolores, de la puerta que cada vez se estrecha más en su caminata, continúan confundidos en el manto del egoísmo o se sienten "supremos y merecedores" o sino "víctimas" y cuando las cosas materiales, únicos tesoros amontonados en sus vidas, desaparecen y los sofocan, corren a las puertas de los templos exigiendo que Dios resuelva con un pase mágico, sus angustias y desórdenes.

Acostumbrados como están a comprar de todo o a trocar de todo, intentan negociar a cambio de algunas velas, una mudanza que a ellos les pertence hacer, pero que no lo hacen porque exigiría algún esfuerzo propio. Cuando no, ocultándose en la noche para no ser percibidos por la sociedad, marcan consulta con magos de las sombras, disfrazados de "adivinadores del futuro", que usando elementos y elementales, ligándose a energías densas, atienden momentáneamente sus deseos. En la desesperación, cuando los sortilegios ya no hacen mas efecto, se arrodillan en la frente de un caboclo o de un preto velho, ignorantes como son de las leyes mayores, ansiando salir del terreiro con una solución mágica en las manos.

Por eso hija, enseñe a los hijos a pescar. Evangelice ese pueblo, mostrando que en cada hijo existe una esencia divina, que existen leyes que organizan el universo y precisan ser obedecidas. Muéstreles hija, que el milagro, que el cielo o el infierno están dentro de la conciencia de cada uno y no en el mundo exterior. Instíguelos a buscar alegría en las cosas simples, a vivir el amor de forma incondicional, a perdonar y principalmente a librarese de las angustias que es el cáncer de la humanidad.

- Minha mãe, en Umbanda no se acostumbra a realizar charlas esclarecedoras, pues la atención es individual y dada por los Guías incorporados.

- Filha, la vida exige un constante cambio de hábitos y costumbres para que haya evolución. Para hacer caridad es preciso, además de amor, el discernimiento y la sabiduría para que no se arrojen perlas a los puercos. Jesus enseñaba y ejemplificaba pero sólo curaba a aquellos que tenían fe. Lo que denominaban milagro, era el amor y la voluntad en movimiento. Entonces, mueva el amor y, como Jesus, enseñe. Muestre el camino, otórgueles un anzuelo y enséñeles a pescar. No entregue en las manos de la espiritualidad la responsabilidad que compete a los médiums. Sean nuestros compañeros e ignoren la premisa de que, sólo a través de la incorporación se realiza el trabajo de Umbanda. Estarán amparados e irradiados, desde que se entreguen con amor y humildad.

De aquel día en adelante, las filas aumentaron en aquella tienda de Umbanda, pero de gente interesada en aprender con las charlas educativas y evangelizadoras que antecedían a la atención de los caboclos y pretos velhos, la que se restringía ahora a los enfermos y hechizados. En el ambiente físico, aquellos rostros tensos que entraban en la casa, al salir de allí exhibían una sonrisa de alivio. Del lado del astral, las entidades de todas las líneas de Umbanda, en intenso movimiento, circulaban entre los hijos de fe, atendiendo a cada uno según su merecimiento y condición vibratoria. Falangeros de la luz desplazábanse para prestar un constante movimiento de socorro tanto a encarnados como a desencarnados.

Y cada día de sesiones, irradiada por su Guía, la dirigente de aquel templo clarificaba aquellas mentes sedientas de aprendizaje, en tanto la Luz se abría paso sobre las sombras.



Brillo para los ojos y peso para el espíritu.
(Una linda historia contada por Pai José)


Una señora muy agradecida con un preto velho que la había ayudado durante un período difícil de su vida, en el que le habia faltado salud, estaba allí trayendo en sus manos un lindo reloj pulsera que quería regalarle a su aparelho:

- Meu pai, yo sé que su aparelho no tiene pertenecias, vive con dificultades financieras y aún así, viene aquí a prestar caridad. Por el bien que Ud. me hizo a través de él, pido autorización para darle este presente.

- Salve zi fia. Nego veio está feliz que la hija haya sido ayudada a través de la mediumnidad de mi aparelho. En cuanto al presente...

El médium, que era consciente en ese momento, lisonjeado por los elogios de aquella señora no podía dejar de quitar sus ojos del objeto, cuya belleza y calidad eran notables. Sabía que estaba allí para prestar caridad, pero no podía negar cuánto deseaba tener un reloj de aquella marca. En ese momento, encendió la luz roja indicando el peligro que aún residía en su interior, e ignorando todo lo aprendido, todo lo que el protector le había transmitido durante sus años de trabajo, dejó que el deseo de posesión asumiese el comando de su acto. A partir del momento en que dejó que el brillo del metal fascinara su ego mental que es racional, perdía el comando, dejando al cuerpo de los deseos asumir la postura, creándose inmediatamente un campo magnético pesado, alejando a la entidad que allí trabajaba por incompatibilidad vibratória.

- ...entrega para o cambono que después él lo otorga a mi aparelho.

Pronto, estaba lista la mixtificación!

Ahora envuelto por la soberbia, el continuó atendiendo a la señora, fingiendo que la entidad aún continuaba puliendo sus palabras. Cuando ella se retiró, la sesión ya terminaba y los pretos velhos se despedían del terreiro y de sus aparelhos. El médium entonces abrió normalmente a los ojos de los vivos, intentando ignorar el grito agonizante de su corazón y la lástima de su protector.

Volvió feliz para su casa exhibiendo el reloj nuevo en su pulso y con él fue a dormir. Acostumbrado a trabajar en el astral con su preto velho, tuvo recuerdos de las miles de causas que su entidad resolvía y esa noche nada soñó. Por varios días despertó con dolores de cabeza y ya estaba intrigado por no recordar sus sueños, cuando una noche tuvo insomnio. Irritado, giró mucho en la cama y acabó levantando. Se dirigía a la cocina para tomar agua cuando sintió un soplido en su rostro. Se santiguó e invocó al preto velho, temiendo estar siendo presionado por algún kiumba. Volvió a la cama y rezó pidiendo protección, hasta que se durmió. Luego percibió la presencia del preto velho, su protector, de cuyo rostro corrían dos lágrimas. Intentó hablar con él, pero había una barrera entre ambos que impedía la comunicación. Despertó asustado y pensativo. Su corazón avisaba que había "metido la pata". Pero el reloj era tan bonito! Durante todo el día, la imagen de aquellas lágrimas no salían de su mente y el reloj comenzó a pesarle en el brazo. Su conciencia era la que le pesaba!

La otra semana incorporó normalmente en el terreiro, y cuando se sentó en el banquito para iniciar las consultas, Pai José actuó en su centro de fuerza de tal manera que lo dejó semi-inconsciente. Llamó a un cambono, el mismo a quien la mujer entregara el obsequio, y pidió que retirase el reloj del pulso del médium, colocándolo en la caja de sugerencias que el terreiro mantenía junto a la asistencia con el objetivo de mejorar su atención, con el siguiente billete anexado: "sugiero que este objeto sea rifado para recaudar fondos para la Casa– firmado Pai José".

El dirigente, siendo informado de lo que fue encontrado en el buzón de sugerencias, fue a ver a Pai José:

- Salve meu pai, este reloj es de su aparelho y según dice el cambono, el señor está donándolo para la Casa.

- Después de la tumba zi fio, no se usa mas un contador de horas, eh.eh.

- Pero su aparelho está encarnado y precisa de él.

- Concuerdo. Lo que nego veio no concuerda es con la manera como él consiguió el mismo. Lo que yo mandé hacer al cambono es dar mi sugerencia, al final, aún estando muerto yo continúo hablando né zi fio. Si van a aceptarla o no es otra historia.

Mi aparelho, aceptando la paga por un trabajo en el cual él fue sólo la herramienta, está vendiendo lo mas sagrado que recibió en esta encarnación: su mediumnidad. Si hoy yo le permito reciber un reloj, mañana viene otra cosa y después otra... Y voy a acabar perdiendo a mi aparelhinho por unas baratijas que de nada sirven, sólo son brillo para los ojos y peso para el alma.

Al médium le resonaban en su interior estas palabras, este sabio consejo del preto velho, no dejaba de avergonzarse por la actitud materialista que tuviera. Cuántas veces a través de Pai José aconsejó a otros médiums a nunca vender lo que de gracia recibieron.

- Nosso Senhor Jesus Cristo cuando entraba en Jerusalén, montado en su borrico fue recibido como un rey, con gloria y una alfombra de flores, y cuando una linda joven surgió entre la multitud para ofrecerle un ramo de rosas diciendo que eran "para el Reino de Dios", el divino Maestro respondió que si quería realmente servir al Reino del Cielo que trajese pasto y agua fresca para el burro que lo llevaba y estaba extenuado por la caminata. Entonces la joven entendió que Jesús quería de ella apenas la bondad de su corazón, al servicio de la humildad.

Así también El desea que nosotros, sus hermanos aquí en la Tierra, podamos servirnos unos a otros sin preocuparnos con la paga, pues ella nos será dada a través de la ascensión de nuestro espíritu.

Si mi aparelho, de libre y espontánea voluntad resolviera quedarse con este objeto, nada mas me resta hacer acá, a no ser retirarme en busca de quien quiera prestarme su materia para pai velho continuar realizando caridad aquí en la tierra.

De los ojos de Pai José corrían gruesas lágrimas que mojaban las manos del dirigente y lavaban el corazón de su médium.

En este mundo, hasta el mismo dolor, no tiene otro objetivo que enseñar. El presente recibido podría haber causado un desastre en la vida del médium, si no fuese la interferencia bondadosa y sabia de su protector, cuyo objetivo era despertar la esencia de su espíritu en contrapartida al brillo do oro que encendiera en él el deseo de posesión.

Al abandonar su aparelho, Pai José quedó al lado, viéndolo llorar arrodillado frente al congá, arrepentido y agradecido al preto velho. Él también lloraba, pero ahora era de felicidad, pues tenía certeza de que continuarían juntos su trabajo de caridad.

El mensaje del Preto Velho fue transmitido a la corriente mediúmnica por el dirigente. El reloj fue rifado, aportando fondos para las reformas que eran necesarias en el templo. Todo ahora estaba en su debido lugar.

"Si aprender con humildad es el camino de los espíritus superiores, enseñar con ella es dignificar la propia vida y respetar al Creador porque todo, en definitiva, viene de El”.

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